Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

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Rápido que hay prisa

miércoles, 16 de abril de 2014
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EL GOBIERNO de Enrique Peña Nieto tendrá que darse prisa en encontrarle solución al problema de inseguridad pública que ahoga a la mayor parte del país.


No debe olvidar que uno de los factores que le permitieron recuperar Los Pinos luego de dos sexenios panistas, fue precisamente la expectativa que generó entre los mexicanos de que podría frenar la violencia generada por la delincuencia.


Sin embargo, para nadie es desconocido que la percepción ciudadana es de que las cosas en el territorio nacional siguen igual o peor de como las dejó Felipe Calderón Hinojosa.


Ya lo hemos dicho aquí, que el esfuerzo para combatir la delincuencia es innegable, pero el detalle está en que no se ven resultados por ningún lado.


Si la administración panista no encuentra la punta del hilo para desenredar la madeja, estará en grave riesgo su permanencia en Los Pinos.


SEGURAMENTE la elección federal del 2015, será un buen termómetro para medir la sensibilidad social en relación con la administración federal.


Dependiendo de cómo le vaya al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las urnas el año próximo, los operadores peñistas podrán ir tanteándole el agua a los camotes.


De hecho, en entidades como Tamaulipas, el temor hacia dentro del PRI que dirige Rafael González Benavides, es un secreto a voces. Saben que las condiciones no le son nada favorables.


EL DETALLE ESTA en que, en éste asunto de la inseguridad pública nadie ha podido con el toro.
Los panistas fueron un verdadero fracaso y solo alborotaron el hormiguero, mientras que el PRI está defraudando las expectativas ciudadanas.


Entonces, para el potencial votante no hay mucho de dónde escoger, y aquí no cabe aquello de “vale más viejo por conocido que nuevo por conocer”.


Ese será el gran dilema de los mexicanos cuando en el 2015 salgamos a votar, porque azules y rojos han sido igual de incapaces frente al fenómeno.


A PROPOSITO de la inseguridad pública, los tres órdenes de Gobierno deberían ponerle lupa a la advertencia que hizo recientemente en la ciudad de México, Jorge Mejía Martínez, secretario de Gobierno y Derechos Humanos de la Alcaldía de Medellín, Colombia.


El especialista sentenció que decapitar a los carteles de la delincuencia no frena la violencia y urgió en consecuencia a combatir la cultura del narco.


“En el tema cultural muchas personas, por la influencia del narcotráfico, consideran que ascender socialmente es más fácil involucrándose en las organizaciones y actividades delincuenciales que estudiando y trabajando” señala.


“Cambiar ese chip es una tarea crucial para el Gobierno, particularmente en los jóvenes, para combatir la delincuencia” indicó.


Nosotros añadiríamos que en eso de la cultura del narco mucho abonan a agravar el problema las televisoras nacionales.
Hoy mismo, por ejemplo, Univisión transmite una nueva serie dedicada a narrar la historia de vida de un desaparecido capo mexicano, lo cual más que entretener solo sirve para fomentar esa cultura de la que habla Mejía.


No es la primera vez que la televisora recurre a ese tipo de series para ganar audiencia como también lo hacen otras empresas del medio, pero curiosamente el Estado mexicano hace como que no ve y no oye.

ASI ANDAN LAS COSAS.

 

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