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Fantasías de alcoba

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Se trata de esas deliciosas jugarretas de la imaginación, que todos albergamos en un rincón secreto de la mente y que, de acuerdo a los sexólogos, son normales e incluso necesarias dentro de una vida sexual sana. EFE
A pesar de lo que se puede suponer, no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales masculinas y femeninas experimentadas habitualmente.
sábado, 30 de agosto de 2014
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Son algunos ejemplos de las fantasías sexuales más frecuentes, esas deliciosas jugarretas de la imaginación, que todos albergamos en un rincón secreto de la mente y que, de acuerdo a los sexólogos, son normales e incluso necesarias dentro de una vida sexual sana, ya que funcionan como estimulantes del erotismo.

Aunque a veces algunas de estas ilusiones pueden hacerse realidad, no resultan tan placenteras como cuando forman parte de nuestros sueños y deseos más íntimos.

A pesar de lo que se puede suponer, no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales masculinas y femeninas experimentadas habitualmente, ya que ambos sexos fantasean con aspectos íntimos o románticos que involucran a la pareja o persona amada, según un nuevo estudio realizado en la Universidad de Granada (UGR), en España.

Eso sí, según la UGR, los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de “ellos piensan más en el sexo que ellas”.

Para su investigación, los expertos de la UGR han encuestado a 2.250 personas (49,6 por ciento hombres y 50,4 por ciento mujeres) de 18 a 73 años de edad, que mantienen una relación de pareja heterosexual de, al menos, 6 meses de duración.

Los resultados indican que casi el 100 por ciento de mujeres y hombres ha experimentado alguna fantasía sexual de modo placentero y agradable durante su vida, y alrededor del 80 por ciento de los participantes en el estudio tuvieron, al menos, una fantasía sexual negativa o desagradable en algún momento.

Pero -según la UGR- existen diferencias cuando se compara la frecuencia con que se tienen determinadas fantasías en ambos sexos, ya que “las mujeres experimentan de modo agradable, con mayor frecuencia que los hombres, fantasías de tipo íntimo y romántico, algunas veces al mes”.

Por su parte, los varones piensan más a menudo que ellas (desde “alguna vez en la vida” a “alguna vez al año”) en actividades exploratorias, relacionadas con sexo en grupo o la búsqueda de nuevas sensaciones, como “ser promiscuo”, “intercambiar parejas” o “participar en una orgía”.

Las fantasías sexuales experimentadas de un modo más desagradable o no placentero se relacionan con temas de sumisión sexual: ellas piensan, de modo más frecuente que los hombres, en “ser presionada a mantener relaciones sexuales”, mientras que ellos piensan en participar en actividades homosexuales con una connotación negativa de modo más frecuente que las mujeres, según la investigación.

UN CONDIMENTO PARA EL DESEO

Para los psicólogos Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR, “tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual”.

En el marco de la terapia psicológica, “es necesario tener en cuenta, además de la presencia o ausencia de las fantasías, la actitud que presenta el paciente hacia éstas”, señalan Moyano y Sierra, que ahora están estudiando si vivir las fantasías sexuales de un modo negativo o desagradable es disfuncional para el pleno desarrollo de determinadas conductas sexuales.

Otra investigación reciente ha desvelado que la frecuencia e intensidad de las fantasías sexuales femeninas no dependen solamente de factores externos, sino también de su propia fisiología, ya que las mujeres experimentan este tipo de ensoñaciones del doble de veces durante los días en que están ovulando.

Un estudio de la Universidad de Lethbridge, UoL, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes.

Para su experimento, los investigadores solicitaron a 27 mujeres solteras, en su gran mayoría estudiantes universitarias, que fueron detallando sus fantasías sexuales en un diario online, a los largo de treinta días.

Al analizar sus apuntes diarios, los expertos de la UoL descubrieron que la imaginación sexual de las participantes aumentaba, hasta casi duplicarse, durante los tres días previos y posteriores al momento de la ovulación.

Durante ese lapso de fertilidad, aquellas mujeres que normalmente tenían una media de 0,77 fantasías sexuales cada jornada, pasaban a experimentaron 1,3 fantasías eróticas diarias.

Además, en el trabajo canadiense, las mujeres reconocieron que durante su ovulación sus visualizaciones sexuales eran más excitantes, menos explícitas pero con más contenido emocional.

Los investigadores de la UoL también observaron que el aumento de la imaginación y el pensamiento sexual no dependía de que las mujeres tuvieran o no pareja, sino de su interés por el sexo.

FANTASEAR PARA ENRIQUECER EL EROTISMO

La terapeuta corporal y experta en biosexualidad, Dolores Mangas(http://integracionconsciente.blogspot.com.es), señala que "no siempre es recomendable poner en práctica una fantasía, porque la realidad es compleja y hay una serie de olores, sabores o problemas derivados de las situaciones que pueden perjudicar nuestra vida individual o de pareja".

Otra opción, según Mangas, consiste en transformar la fantasía en un juego erótico, lo cual puede "enriquecer mucho la vida sexual de la pareja" o “pensar en otra persona al practicar sexo con la pareja, aunque ello no enriquece tanto la vida amorosa”.

Para esta terapeuta, la fantasía no debe reprimirse ni “convertirse en una enemiga, sino en un complemento de nuestra vida sexual. Carecer de fantasías eróticas incluso puede ser un síntoma de carencias sexuales, de estrés o de exceso de trabajo”.

Según diversos estudios relacionados con la sexualidad, una de las fantasías más populares consiste en mantener relaciones sexuales con un personaje famoso.

Por ejemplo, de acuerdo a una encuesta realizada por la empresa Durex casi dos de cada tres mujeres y hombres consiguen alcanzar el orgasmo imaginándose que se acuestan con “sex symbols” contemporáneos.

Algunos psicólogos han interpretado estos datos como un reflejo del deseo de reconocimiento social y popular por parte de la persona bajo los ropajes de un impulso erótico o incluso como indicios de una baja autoestima, pero esta fantasía puede ser tan sana y estimulante como cualquier otra siempre que no se vuelva excluyente de otras u obsesiva”, comenta Mangas.

LOS FAMOSOS

Parece claro que muchas personas tienen fantasías sexuales con famosos, pero ¿con qué fantasean las celebridades?.

Repasando diversas entrevistas se ha sabido que la cantante Christina Aguilera disfruta fantaseando con historias de hospital y jugando con su marido a los médicos, y que Britney Spears suele fantasear con actores como George Clooney o Brad Pitt o con mujeres como Kim Kardashian o Halle Berry.

En su libro "Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia", la escritora española Roser Amills también desvela que a la actriz Eva Longoria la estimula el fantasear con ser atada con pañuelos de seda, y que Madonna, Tarantino y Naomi Campbell sueñan con que les chupen los pies.

Omar R. Goncebat.

E F E - REPORTAJES.

 

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