Rosa Elena González Hdz.

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La gente se preguntaba “¿En qué trabaja el muchacho?”

martes, 23 de septiembre de 2014
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No sólo se preguntaba en qué trabajaba ese muchacho, también cuestionaban quién era, de dónde había salido, qué hacía en esos lugares.
Y se preguntaban eso porque el muchacho frecuentaba lugares del norte de la capital tamaulipeca, de pronto te lo encontrabas por los restaurantes más caros y luego aparecía en las fiestas de las chicas de sociedad.
Fiestas a las que nadie sabía cómo llegaba, quién lo llevaba o invitaba, pero el muchacho aparecía, en su rostro mostraba una sonrisa pero sus ojos presentaban una gran melancolía, trataba de ser amable pero la gente desconfiaba de él por su aspecto y su comportamiento que, en su afán de darse a conocer o tratar de que llamar la atención incomodaba.
Le hablo del muchacho que el sábado el San Marcos se llevó a mejor vida, a la infinita, donde todos somos iguales, nadie crítica, y ya nadie podrá hacerle daño al chico que en vida llevó el nombre de MIGUEL ANGEL, “El Primo”, como le conocían muchos jóvenes que frecuentan El Campestre, Casino Victorense o estudian en los prestigiados colegios de la ciudad con los que él trataba de hacer amistad.
Mariguanillo, le decían en su colonia, la verdad es que era un muchacho que arrastraba mucho sufrimiento, ANGEL vendía chicles y apoyaba en la entrada al estacionamiento de la Central Camionera durante la mañana, por la tarde era muy frecuente encontrarlo en GranD Campestre, tratando de hacer conversación con las muchachas o saludando a los muchachos con un “primo como estas”, había quien le contestara, quien lo ignorara y hasta quienes se quejaran porque entraba a los restaurantes y sin más se sentaba cerquita para hacer plática y le invitaran la cena.
Lo conocí precisamente afuera de un restaurante, me saluda y entra conmigo, se sienta y le pregunto, con quién vienes, contesta, “solo, la acompaño para que no esté sola”, le digo no tarda en llegar mi amiga, no te apures, que te vaya bien, el muchacho contesta “sí, yo me iré cuando llegue, yo siempre estoy solo, no tengo amigos que me quieran en verdad, ni para comer aquí tampoco”.
Le pregunte, ¿y tú mamá, no estudias, qué haces en la vida?, con un gesto de tristeza contesta, “de mi mamá no quiero hablar, no estudio porque no tengo con qué, hago de todo para vivir”, me dio mucha tristeza escucharlo, ver que en su intento de sonrisa solo dibujaba una mueca de dolor y era casi un niño que ya arrastraba una pesada carga, de esas difíciles de dejar, es donde te preguntas, ¿Por qué la vida se ensaña con inocentes, que hay detrás de tanto sufrimiento, qué estamos haciendo como sociedad para crear entornos afables?.
Llegó mi amiga, el muchacho se levanta y dice, “ ya me voy a ver si alguien me regala algo para comer”, le digo pide de cenar, él contesta, “no, ya es tarde regáleme para mañana almorzar”, sólo DIOS sabe para qué quería el dinero, pero cuando se entrega de buena gana se espera que sea bien utilizado.
Tiempo después, en un evento de inauguración de un Parque de Barrio, ahí estaba el famoso PRIMO, vi cómo la gente de la colonia lo rechazaba, es un mariguanillo, malviviente, decían, pero nadie dijo haberle tendido la mano, un día regalarle una sonrisa o un plato de comida, tampoco el por qué el muchacho cayó en el vicio, y si, si era un malviviente, no porque él así lo quisiera, sino porque no llevaba buena vida, se notaba que era maltratado, rechazado, humillado y sólo se defendía, se ponía una careta para que los golpes le dañaran menos.
De todo lo que lo acusaban seguramente él muchacho no era del todo culpable, quizá tampoco sus progenitores sino las circunstancias.
Los medios de comunicación local dieron cuenta de que ANGEL fue encontrado ahogado en el río San Marcos, los testigos aseguran que fue después de lanzarse a una caudalosa corriente, quizá fue imprudencia, quizá en esos momentos andaba bajo el influjo de alguna sustancia o tal vez sintió el llamado de la madre naturaleza que lo abrazó para llevarlo a un mejor lugar lejos del dolor, donde no será reclutado para burla de nadie, para que no le alcance una bala perdida o el mal le pudriera el alma.
Dicen que ANGEL tenía 22 años, su rostro y figuran lo retrataban como de 17 ó 18, historias como la del El PRIMO seguramente hay muchas pero esta la conocí, y lo peor, ya tarde, cuando poco se puede hacer para que cambiara de final, ojalá hagamos conciencia todos, sociedad y gobierno apoyemos para cuidar a los niños, que los jóvenes tengan oportunidades de salir adelante, que cada vez se tengan en las calles menos muchachos como el que hoy DIOS llevó a mejor vida con todo y su verdad.
vida.diaria@hotmail.com,Twitter@VidaDiaria1, FB Rosa Elena González.

 

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