Rogelio Rodríguez Mendoza

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En Derecho: ¿elección o imposición?

miércoles, 22 de octubre de 2014
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Mañana jueves alrededor de dos mil estudiantes y 200 catedráticos de la Unidad Académica de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT, tendrán la oportunidad de demostrarle a la sociedad tamaulipeca su madurez y responsabilidad como ciudadanos para elegir a su nuevo director.

El radar ciudadano estará focalizado en ellos.
Como alumnos de una Institución donde se enseña el Derecho y la Comunicación, los universitarios están doblemente obligados a acudir a las urnas.

Si no lo hacen estarán allanando el camino para que unos cuantos violenten la voluntad de las mayorías.
En este espacio no se va a inducir el voto en favor de alguno de los dos candidatos que se registraron: Rafael Torres Hinojosa y Enrique Alfaro Dávila.

No, en este espacio lo que se pretende es impulsar a los estudiantes a que cumplan con su responsabilidad, de acudir a cruzar la boleta por el candidato que ellos crean que es la mejor alternativa para dirigir los destinos de la Unidad Académica más importante de la UAT.
En lo personal conozco a ambos candidatos.

Más a uno que a otro, pero los dos son excelentes como catedráticos y como personas. Son dueños de un prestigio intachable, doctores en Derecho , por lo que cualquiera que gane seguramente conducirá por buen camino los destinos de la institución
Lo que si se pretende desde aquí, es advertir a los alumnos a que no se dejen intimidar por falsas amenazas de castigo en caso de que no voten por alguno de los candidatos.

Si les dicen que los van a reprobar si no entregan su voto, digan que “si”, que están de acuerdo, pero al momento de tener enfrente la boleta, elijan la opción que más los convenza.

Nadie sabrá al final por quien votaron.
Tampoco hagan caso si les dicen que tal o cual candidato es el que apoya el rector, Enrique Ettiene Pérez del Río.

Para empezar, el mismo funcionario desmintió tal versión en una reciente declaración de prensa, cuando dijo que lo único que pidió es que “lucharan por un candidato de unidad”.
Pero, en el último de los casos, si realmente uno de los aspirantes fuera, como dicen, el candidato del Rector, eso de ninguna manera obliga a entregarle el voto.

Recuerden que la secrecía del sufragio es precisamente la mejor arma para combatir imposiciones, que insisto, dudo mucho que en éste caso la haya.
Del número de votantes dependerá el mensaje que se le enviara a la sociedad.

Lo ideal será que sea la mayoría de estudiantes y maestros los que acudan a ejercer el voto. Esperemos que no sea el abstencionismo el gran triunfador del proceso.
EL RESTO
Qué bueno que los diputados locales aprobaron la creación de una Comisión de Transparencia dentro de la estructura del Congreso del Estado.
Lo malo del asunto es que para fortalecer la transparencia en el servicio público se necesita mucho más que una Comisión.
Si todo fuera como crear una Comisión o impulsar una nueva ley, éste país sería un paraíso.
ASI ANDAN LAS COSAS.

 

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