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La ciudad tragada por la Tierra

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Imagen de la ciudad de Kiruna y su montaña que está horadada por una mina, por lo que van a proceder a trasladarla. Foto: Mats Spett (Kiruna Municipality, Sweden)
Kiruna, la ciudad más septentrional de Suecia, está siendo engullida por la mayor mina de hierro del mundo, que está bajo su subsuelo.
viernes, 21 de noviembre de 2014
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La ciudad de Kiruna tiene que mudarse de sitio, porque el suelo donde viven, trabajan y se desplazan sus habitantes y se asientan sus hogares, oficinas y calles, se está hundiendo bajo sus pies, debido a la enorme red de galerías y cavidades mineras que lo han convertido en un queso gruyere con cada vez más agujeros.

Esto se debe a que se está extrayendo un gigantesco filón de mineral de hierro de la mina subterránea de Kirunavaara, situada en la frontera occidental de la ciudad, causando deformaciones y hundimientos en el terreno que pronto llegarán al centro de la ciudad debido a la expansión de la actividad extractiva en las profundidades, señalan desde White Arkitekter, el estudio de arquitectura encargado de la reubicación de Kiruna.

White (www.white.se/en) y la municipalidad de Kiruna (www.kiruna.se) están trabajando en el plan maestro para trasladar la ciudad a 3,2 kilómetros al este de su ubicación actual, junto con la compañía minera estatal LKAB (www.lkab.com), que fundó la ciudad en 1900 y ahora financia su traslado para poder sostener la actividad minera en Kirunavaara hasta 2033.

El depósito férrico de las minas en Kiruna es el cuerpo de mineral de hierro continuo más grande del mundo y consiste, en su mayor parte, en un gigantesco disco ladeado de magnetita de gran pureza y riqueza mineral, que se inclina en dirección al centro de la ciudad, señalan desde LKAB.

Este disco gigante, de cuatro kilómetros de largo de norte a sur y de 80 metros de ancho en promedio, desciende bruscamente bajo el suelo hacia el este y nadie sabe a qué profundidad llega.

A medida que la minería profundiza en la tierra, el cuerpo de mineral se reduce en volumen hacia el sur y crece en el norte, lo que significa que llega aún más lejos en dirección a la ciudad.

LKAB sabe que el cuerpo de mineral continúa hasta una profundidad de, al menos, 1.500 metros y hay indicios de que podría incluso extenderse a una hondura de dos kilómetros, y desde esta compañía recalcan que “esta ciudad que ha crecido como consecuencia de la actividad minera ahora debe moverse si se aspira a que dicha minería pueda continuar”.

"Por otra parte, los cambios en Kiruna no son nada nuevo, ya que prácticamente se vienen sucediendo desde que LKAB comenzó la explotación subterránea en la década de 1960", informa Lisbeth Pekkari, desde la Municipalidad kirunesa.

Según Pekkari, durante el decenio de 1970 la denominada zona "ON" (la Isla) se vació de residentes y ahora está dentro del vallado del polígono industrial minero, mientras que una parte del lago Luossajärvi ha sido drenada y el camino hacia el polígono industrial LKAB también ha sido reubicado debido a las distorsiones que experimenta el suelo.

LA MINERÍA SUBTERRÁNEA CAMBIA LA SUPERFICIE

"Las deformaciones telúricas se producen mucho antes de que aparezcan las grietas y unos pocos centímetros de hundimiento pueden dañar las líneas eléctricas y tuberías de agua.

Este proceso, que se acentúa a medida que las excavaciones y la extracción de minerales se expande, afecta más tarde a los edificios", según Pekkari.

Este experto añade que esa es la razón por la que el sistema de suministro de energía eléctrica y la red de alcantarillado principal de la zona de Kiruna más afectada por el hundimiento ya han tenido que ser reubicados en una etapa previa.

De acuerdo a Pekkari y LKAB, se calcula que en los próximos 20 a 25 años, la deformación del terreno provocada por la minería afectará a entre 2.500 y 3.000 pisos o apartamentos, así como a unos 200.000 metros cuadrados de comercios, oficinas, escuelas y centros de atención de salud.

Por eso, toda la ciudad se trasladara aproximadamente a dos millas al este, aplicando un plan maestro de transformación urbana de 20 años de duración, que prevé una reubicación gradual de Kiruna, que concluirá hacia 2.033 y prevé una nueva ciudad sostenible y con una economía diversificada que sea menos dependiente del mercado mundial de mineral de hierro.

La transformación de Kiruna se efectuará por etapas, mediante una serie de proyectos que permitirám a la ciudad ir ‘gateando’ a marcha lenta a lo largo de un nuevo cinturón urbano hasta llegar a su nuevo hogar, según la planificación de White Arkitekter.

Este cinturón, situado en torno a una calle central, enlazará el centro de la actual Kiruna con una serie de nuevos asentamientos cercanos, el aeropuerto y la mina en Kirunavaara.

"Kiruna será como un miriápodo caminando, gateando y moviéndose lentamente con un millar de pies a unos pocos kilómetros en dirección al este”, según Mikael Stenqvist, arquitecto principal de este proyecto, en White Arkitekter .

UNA URBE A MARCHA LENTA Y RUMBO AL ESTE

"Estamos expandiendo la ciudad hacia el este, en lugar de crear una nueva ciudad satélite, y esto asegurará que Kiruna siga siendo una ciudad coherente en todo el proceso” añade Krister Lindstedt, otro arquitecto de este proyecto.

Según Stenqvist y Lindstedt, el carácter de la antigua Kiruna se mantendrá reutilizando los materiales de los edificios demolidos, y algunos de los edificios culturalmente significativos, incluyendo una iglesia histórica, se trasladarán inalterados.

La vieja Kiruna se irá eliminando gradualmente y, una vez que la nueva ciudad situada más hacia el este sea más vibrante, es decir se vaya llenando de energía, entusiasmo, animación y actividad, entonces se trasladará la comunidad al nuevo emplazamiento.

El clima y la ubicación geográfica de Kiruna plantearán desafíos adicionales, ya que la ciudad está situada 140 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, en la Laponia sueca, con lo que es extremadamente remota, y tiene un clima subártico, donde el sol nunca se pone en verano y nunca se eleva en el invierno y las temperaturas pueden caer en picado a 22 grados centígrados bajo cero.

En la transformación y reubicación urbana se aprovecharán las enormes cantidades de calor residual generado por la actividad minera en combinación con turbinas de viento, para generar energía eléctrica, y se construirá una infraestructura de reciclaje para reducir el transporte de mercancías y residuos.

La primera fase del proyecto, ya en curso, incluye una nueva plaza cívica, que será el hogar de la histórica torre del reloj de Kiruna, así como un nuevo centro de viajes (2018), lo que facilitará las conexiones entre lo viejo y lo nuevo, así como un nuevo ayuntamiento (2016), una nueva biblioteca (2019) y nueva piscina (2016) y el año 2021 la Iglesia de Kiruna será cuidadosamente desmontada y reconstruida en el nuevo sitio.

UN RETO TECNICO Y SOCIAL

“La escala de la reubicación física de Kiruna es muy grande e impresionante, pero no es mucho más complicada que cualquier otro desarrollo urbano que combine una gran cantidad de reutilización, reciclaje y reubicación de edificios enteros”, explica a Efe desde Estocolmo (Suecia), Mikael Stenqvist, arquitecto de White Arkitekter.

Para Stenqvist, el mayor desafío se encuentra en la dimensión social y se refiere a cómo las personas se ven afectadas y perciben este proceso de transformación.

"Por ello y para que este proyecto sea un éxito, un equipo de enlace e información, formado por antropólogos sociales y encabezado por Viktoria Walldin, mantiene un diálogo continuo entre el municipio, los planificadores y los residentes de Kiruna", señala este arquitecto.

Añade que “uno de los mayores desafíos técnicos son las maniobras logísticas de la reubicación, que incluyen la reutilización de materiales, plantas, árboles, piezas de arte público y otros elementos que conforman la memoria e identidad de las áreas desalojadas debido a la deformación del suelo y su incorporación a la construcción de las nuevas áreas”.

“Para superar este reto con éxito estamos planeando algo que llamamos ‘el Portal’, un enorme centro logístico para manejar todo aquello que sea reutilizable y reciclable y desde donde todo esto puede incorporarse a la producción de lo nuevo”, señala.

Según Stenqvist, otro punto de encuentro entre lo viejo y lo nuevo para los involucrados en este proceso será una tienda comunal extragrande, dotada de recursos del tipo 'constrúyalo usted mismo', de un depósito de materiales de construcción de reciclaje y de instalaciones donde los restos de la antigua ciudad podrán ser reutilizados y reutilizados para equipar a la nueva urbe.

Ricardo Segura.

EFE/REPORTAJES

 

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