La Bestia busca escaldar peldaños como independiente

MÉXICO, D.F., marzo 28 (EL UNIVERSAL).- Al viejo estilo, así quiere ganarse un lugar en la lucha libre La Bestia, quien a casi un año de haber atacado los cuadriláteros profesionales no se asusta ante ningún reto; por el contrario, los busca con ansiedad para escalar peldaños en el terreno independiente.

Tras su máscara esconde aún al aficionado que en el pasado vibró con las hazañas de sus ídolos, pero sabe que su rol hoy es distinto: Se debe a una profesión que le ha abierto las puertas.

“Siempre me ha gustado la lucha libre. Ya había entrenado, pero nunca me había decidido a ejercer, así que gracias al apoyo de mi maestro Shu El Guerrero y sobre todo a que mi hija, que es muy seguidora de la lucha libre.

Me aventé a empezar en esto y aunque sé que me había tardado, ahora es mi momento y lo voy a aprovechar al máximo”, afirmó el musculoso.

Ahora ve el ring desde otra trinchera, ruda o técnica, pero igual de celosa: “Se ve fácil, pero ya que estás arriba te das cuenta que es una carrera llena de sacrificio, dolor y mucho cansancio.

No es un mundo color de rosa, pero me gusta y lo disfruto”.
Su nombre de batalla no tiene mayor explicación que la admiración que siempre tuvo por Bestia Salvaje, rudo de verdad al que trata de emular: “Era muy seguidor de él, pero el equipo lo diseñé con mi familia, en especial mi esposa.

Vamos afinando detalles en todo, esto apenas inicia y no podemos conformarnos con nada”, añadió.
Defiende la esquina del mal, no podía ser de otra forma: “Soy rudo por naturaleza, me gustan los castigos fuertes y mi físico me lo permite.

La verdad es que me agrada lo clásico, la lucha de antes; además, no podría andar volando. Me agrada más aterrizar a mis rivales en la lona”.

Se nutre del ejemplo que encuentra en los que alguna vez fueron sus ídolos, hoy compañeros de aventuras: “Siempre admiré mucho a gente como El Pirata Morgan y El Satánico e intento plasmar ese estilo en mi forma de trabajar.

Compartir vestidor con ellos, escucharlos y no dejar de aprender sobre el enlonado y abajo de él es maravilloso. Todo el tiempo hay enseñanza en este bonito deporte”, confesó.

En la afición, ante sus iguales, ha encontrado un recibimiento que no esperaba y lo impulsa a entregarse sobre el ring: “Cuando estoy arriba me odian, pero en cuanto bajo del ring no me dejan ir. La gente se acuerda ya de mi cuando me ve anunciado.

La primera vez que di un autógrafo y me tomé una foto con un aficionado fue excelente, sobre todo ver la cara de satisfacción de los niños”, culminó.



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