Ma. Teresa Medina Marroquín

Orbe

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¿Pisotear la ley para competir?

miércoles, 10 de febrero de 2016
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Mientras en el ámbito nacional el presidente Enrique Peña Nieto decide revitalizar tres instituciones estratégicas de su gabinete legal y ampliado, designando nuevos titulares en Pemex, IMSS y Secretaría de Salud, el PAN, PRD y Morena se ahogan en aguas turbulentas y malolientes.


Ese escenario asimétrico también se observa en Tamaulipas cuando al tiempo que el gobernador Egidio Torre Cantú impulsa la construcción de obras de infraestructura generando progreso y competitividad, un partido opositor derrocha tiempo y energía provocando anarquías legales y altercados políticos con los que supone capitalizará muchos votos el 5 de junio próximo.


¿Acaso no habrá un estratega capaz de aconsejarles que las campañas político-electorales agresivas, sino es que rabiosas y deformadas, ya no llaman la atención de nadie ni producen ninguna utilidad, excepto decepciones profundas?
Sin contar que mucha gente se entretiene bastante con esos espectáculos, y no son pocos los que hasta se dan unas divertidas completamente gratis.


Puede ser, en ese sentido, que la ausencia de seriedad de esos “políticos” esté al mismo tiempo convirtiendo a miles de individuos en cínicos espectadores o en gente inhibida en su capacidad de discernir lo que realmente ocurre.


También es un hecho que por culpa de esos circos políticos muchos individuos sufran trastornos nerviosos, pues la confusión propiciada por estos “políticos” suele detonar desajustes químicos en el cerebro.


De ahí los peligros que encarnan esos proyectos que aparentemente aspiran a consagrar un “pluralismo democrático” que abiertamente tienen la meta de pisotear la ley.


Y si la ley, en este caso electoral, ordena tales o cuales requisitos, ¿cuál es el objeto retorcido de violentarla y de enrarecer el Estado de derecho con interpretaciones de abogados que mediante alegatos y artimañas inútiles lo único que lograrán es prolongar su correcta aplicación?
Si este partido político llamado PAN es de los que en el Congreso de la Unión se desgañita exigiendo el cumplimiento de la ley, ¡qué mal se ve incumpliéndola en Tamaulipas!

Es decir, da el consejo y se queda sin él.

Qué incongruencia y desfachatez, ¿no cree usted?

Ciertamente la ley es dura, pero es la ley (dura lex, sed lex decían los antiguos) y todos nos debemos ceñir a sus mandatos, tal como sucede con diversos candidatos independientes apurados en estos momentos a recabar miles de firmas y credenciales de elector a efecto de competir en el actual proceso electoral.


En otras palabras, algunos o muchos quizá no estén de acuerdo, pero luchan para lograr sus propósitos a los que tienen todo el derecho; de otro modo habría de repente (de continuar con esa locura) más candidatos que electores, muchos líderes y pocos seguidores.


¿O la idea o moda o como se le llame es hacerse pasar ahora por víctima, invocando la conmiseración de la gente para salirse con la suya?
Y si en el PAN ignoran que el respeto a la ley beneficia el futuro y beneficia a la sociedad en su conjunto, es un hecho que desde hoy ya están perdidos de antemano.


Y no que Baltazar Hinojosa Ochoa y sus compañeros priistas que se alistan a competir rumbo a las alcaldías y diputaciones la tengan muy fácil que digamos, pero ante los ojos de todo mundo están dando el ejemplo de que respetan la ley.


Y con ese principio de orden y legalidad ciertamente ya llevan la delantera en los siguientes comicios, a pesar de que sus futuros gobiernos no serán precisamente un lecho de rosas.

Pues gobernar nunca ha sido una misión sencilla de realizar, ni en estos tiempos ni en los pasados.


En síntesis: si aún no entienden que aquellas ideologías (por llamarlas de algún modo) son sólo fantasmas que deambulan en el presente como olvidados espíritus chocarreros sin reposo, jamás podrán llegar a las conciencias de la gente ni tampoco a las urnas electorales, y entonces sólo podremos expresar que esta oposición atraviesa por su peor crisis, más allá de la derrota que Enrique Peña Nieto les infligió en 2012.


Es decir, el pasado ya no domina el futuro, y sus defectos han colmado la paciencia de un pueblo que llegó al límite y que dejó de creer en las verdades “absolutas”, salvo los manotazos a los avisperos que engendraron una violencia insoportable.

¡Buen día y feliz miércoles!

 

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