Más placer con el ´doggy style´

(EL UNIVERSAL).- El sexo debería ser divertido y placentero, y la mejor forma de hacerlo así es explorando y experimentando con cosas nuevas.

Sin embargo, si hay algo que el sexo NO puede ser es: doloroso. El dolor NO es normal y usualmente es señal de que algo anda mal.

Hablando ahora sí de posiciones, el doggy style es considerada como una de las posiciones más sexys, y puede disfrutarse si se hace bien.

Ya que permite una penetración profunda, a veces resulta en un poco de dolor… lo cual es, en su caso, normal, pero no deberías permitirlo.

El dolor es culpa del tamaño de su miembro ya que puede pegarle al cuello del útero.

Desafortunadamente esto es muy común con la posición.

¡Pero no te rindas! Antes de darte por vencida con esta posición, debes saber que existen diferentes variaciones que te ayudarán a conseguir una penetración profunda.

• De pie: La posición de perrito, ¡pero de pie! Si ambos están de pie, tu galán tendrá un rango más amplio de movimiento y tendrá más control de su penetración.

Aunque seguramente no podrá darte “duro y fuerte” como con el doggy style normal, ambos sentirán la fricción y la penetración profunda.

También deja libres sus manos, las cuales pueden dirigirse al clítoris.

• Horizontal: Intenta acostarte de panza sobre la cama y pon una almohada debajo de la pelvis.

Cierra tus piernas y deja que tu galán te penetre por atrás. Con las piernas cruzadas y las pompas elevadas, podrás controlar la profundidad de la penetración sin que las sensaciones bajen de intensidad.

• Tip: Como complemento de estas versiones del doggy style, no estaría nada mal experimentar con otras posiciones.

Opta por técnicas que te den el control de la velocidad y la profundidad de la penetración para que puedas disfrutar de su tamaño, pero con un ángulo diferente.

Sin importar qué posición terminen intentando, recuerda llevártelo con calma y SIEMPRE usar lubricante, si puedes uno de silicona que dura por más tiempo.

Entre más lubricada estés, más placentero será el sexo, sin importar qué tan grande (o no) sea su miembro.