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(EL UNIVERSAL).- La mayoría de los hoteles, no todos (aclaramos), carecen de buena comida como parte del servicio al cuarto. El sueño de cenar en tu balcón o en la camita se desvanece cuando llegan a tu habitación unas papas a la francesa aguadas (seguramente precongeladas) y una carne de hamburguesa sobrecosida.
En Condé Nast Traveler enlistaron una serie de razones por las que debes prescindir de este servicio.
Para aquellos que es impensable solicitar un platillo preparado en el hotel, puede que concuerden con este argumento: ¿por qué pedir algo del menú cuando hay un montón de lugares nuevos por conocer y explorar fuera de esos muros? Además, los precios son elevados y no concuerdan con la calidad de los alimentos.
Si estás en un piso alto, pide algo frío. Sin importar la dedicación que hayan puesto a tu platillo, seguramente llegará tibio y, la verdad, algunas preparaciones pierden su toque cuando dejan de estar calientitas.
Este consejo tómalo en serio, sobre todo en destinos con bajas temperaturas.
Evita mariscos y pescados. No solo son olorosos, también es probable que hayan sido preparados con horas de anticipación y no sabes si estarán frescos.
Lo mismo con las cebollas o el queso, sus fuertes aromas que tardarán mucho en salir de tu cuarto.
Carnes. Cuando solicites un platillo y te pregunten por el término, pídelo un poco menos cocido de lo que normalmente acostumbras.
Por ejemplo, si te gusta totalmente cocido, dile al cocinero que lo prepare un poco por encima del término medio. Así, mientras llega a tu cuarto en la caja caliente, se terminará de cocer y no llegará hecho un carbón o convertido en una suela.
Pizza. Es muy probable que tu pequeña pizza no la preparen en el hotel, seguramente es una de esas que compran congeladas, lista para calentarse en unos minutos.
Pesto y aguacate. Si alguno de los platillos tienen estos ingredientes, pasa a la siguiente página o, si es posible, pídelos sin ellos.
Ambos productos se oxidan con facilidad y eso hará que se te vaya en apetito cuando los veas.
Cualquier cosa frita. Son deliciosas las papas a la francesa, los aros de cebolla o un pollo empanizado, pero en lo que llegan a tu cuarto, se van aguadando por la humedad del vaporcito y ya no serán tan sabrosos.
Si no te resistes a las papas, pregunta si están recién cortadas, puede ser que se conserven un poco mejor.
Café. Se preparó hace horas y, aunque tengan cargas recién hechas, lo pueden combinar con el que sobró, para ahorrar.