EFE

Nueva York, Estados Unidos (06 mayo 2024)

El juez que supervisa el juicio penal de Donald Trump declaró culpable al ex Presidente de desacato al tribunal por décima vez por violar una orden de silencio, le impuso una nueva multa y le advirtió que consideraría encarcelarlo por incumplir medidas adicionales.

Juan Merchan, magistrado neoyorkino, dijo que las nueve multas de mil dólares que impuso hasta ahora no parecían disuadir a Trump de violar la orden que le prohíbe hacer comentarios públicos sobre los jurados, testigos y familiares del juez y los fiscales si las declaraciones pretenden interferir con el caso.

"Por mucho que no quiera imponerle una sanción de cárcel... quiero que entienda que lo haré", advirtió al inicio de la tercera semana de juicio, después de haber impuesto multas al magnate republicano.

La sanción de este lunes también fue de mil dólares.

"Parece que las multas de 1,000 dólares no sirven como elemento disuasorio", indicó Merchan, mientras el magnate estaba sentado en la mesa del acusado en la sala del tribunal de Nueva York.

"Señor Trump, quiero que entiendas que lo último que quiero hacer es meterte en la cárcel".

El juez dijo que consideraba la pena de cárcel "verdaderamente el último recurso" por muchas razones, incluida la interrupción del juicio, las implicaciones políticas de encarcelar a un destacado candidato presidencial antes de las elecciones y los extraordinarios desafíos de seguridad que supone encarcelar a un ex presidente con una condena secreta de por vida.

Pero advirtió que las violaciones "continuas y deliberadas" de la orden de silencio por parte de Trump equivalían a un "ataque directo al Estado de derecho".

La ley de Nueva York permite multas de hasta mil dólares o penas de cárcel de hasta 30 días por violar una orden de silencio impuesta por un tribunal.

Merchan impuso la multa reciente por una entrevista transmitida el 22 de abril en la que el ex Presidente republicano dijo: "Ese jurado fue elegido muy rápido: 95% demócratas.

El área es mayoritariamente toda demócrata".

Encontró que otras declaraciones señaladas por los fiscales que mencionaban a los testigos Michael Cohen y David Pecker no violaban la orden.

La semana pasada, Merchan multó a Trump con 9 mil dólares por nueve publicaciones en redes sociales que, según él, habían violado la orden de silencio.

El juicio criminal de Trump por dinero secreto, ahora en su duodécimo día, ha contado con el testimonio de un alto asesor y un exeditor de un tabloide sobre los esfuerzos durante su primera candidatura presidencial para aplastar las historias de comportamiento sexual poco halagador.

Los fiscales de Nueva York han acusado a Trump de falsificar registros comerciales para encubrir un pago de 130.000 dólares a la estrella porno Stormy Daniels, quien afirma haber tenido un encuentro sexual con él en 2006.

Trump se ha declarado inocente y niega haber tenido relaciones sexuales con Daniels.

Trump se queja con frecuencia de que la orden de silencio limita su capacidad para presentar sus argumentos ante los votantes a favor de un regreso a la Casa Blanca.

Antes de la sesión de este lunes, Trump se negó a hacer comentarios sobre Cohen, su ex abogado que se espera sea un testigo destacado en el juicio.

Sin embargo, repitió afirmaciones sin fundamento de que los fiscales están trabajando con el Presidente Joe Biden para obstaculizar sus perspectivas políticas y dijo que Merchan enfrenta un conflicto de intereses porque su hija ha trabajado para políticos demócratas.

Los abogados de Trump han intentado sin éxito sacar a Merchan del caso.

"El juez me ha amordazado y no se me permite hablar, supongo, de su conflicto total", dijo Trump a los periodistas fuera de la sala del tribunal.

"Me ha quitado mi derecho constitucional a hablar".
Si bien los pagos para mantener el silencio no son ilegales, los fiscales dicen que Trump los utilizó para influir en las elecciones ocultando su conducta con las mujeres.

El uso que hace el republicano de las redes sociales, las entrevistas de prensa y los discursos de campaña ha creado un desafío para los jueces que supervisan sus numerosos casos legales mientras sopesan el impacto de sus comentarios públicos contra su derecho a la libertad de expresión.

Los comentarios del ex Presidente se convirtieron en un problema después de que las personas a las que atacó en las redes sociales se vieron inundadas de amenazas en línea por parte de sus partidarios.