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Recuerda Arturo Brizio a Franz Beckenbauer

Uno de los momentos icónicos del "Káiser" Franz Beckenbauer, fue en el Mundial México 1970, cuando tuvo que jugar lesionado al no haber más cambios en el denominado "Partido del Siglo" ante Italia. Crédito: Especial
Un total estremecimiento se apoderó de mi cuerpo esta mañana, al enterarme del fallecimiento de una de las más relevantes figuras del balompié mundial: Franz Beckenbauer
lunes, 8 de enero de 2024
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Reforma

Cd. de México

(08 enero 2024)

El columnista de CANCHA y ex árbitro mundialista, Arturo Brizio Carter recordó al "Káiser", Franz Beckenbauer al enterarse de su deceso a los 78 años.

Un total estremecimiento se apoderó de mi cuerpo esta mañana, al enterarme del fallecimiento de una de las más relevantes figuras del balompié mundial: Franz Beckenbauer.

Independientemente del impacto de la noticia, apenas ayer escribía para la edición impresa de Cancha respecto de los tres hombres que ganaron la Copa del Mundo como jugadores y técnicos.

El tema central era la muerte del "velho lobo", Mario Lobo Zagallo, acaecida el viernes a los 92 años de edad.

Lo increíble es que dos días después, otro integrante de esa "Tercia de ases", se haya adelantado en el camino.

Tras la partida del Kaiser, solo queda vivo y espero que por mucho tiempo, el capitán y actual entrenador de la selección francesa Didier Deschamps.

Ver cruzar el campo a Beckenbauer era como como presenciar una función de ballet.

Erguido, con la vista fija en el horizonte y el balón cosido a los botines como si fuera parte de la indumentaria del futbolista, sabía encontrar al compañero adecuado o porque no, la red enemiga.

No en balde, desde su función de centromedio anotó, enfundado en la casaca de Alemania, cuatro goles en su debut mundialista en Inglaterra 66, donde llegaron a la Gran Final.

Tuvimos el privilegio de verlo jugar en vivo y a todo color en México 70.

Dos partidos resultaron de colección: Los cuartos de final en León, editaron una inédita revancha de la Final jugada apenas cuatro años antes.
El seleccionado teutón enfrentaba al orgulloso representativo de la "Rubia Albión" y además, campeón reinante.

Inglaterra se fue al frente por dos goles y parecía que ya era una paternidad lo que tenía sobre los alemanes.

El espíritu ganador y esa mentalidad a prueba de balas de todos y cada uno de los integrantes de la "Mannschaft", fabricaron una voltereta en el marcador, con las actuaciones memorables de Uwe Seeler, Gerd Müller y por supuesto, Franz Beckenbauer.

El otro episodio fue en semifinales, teniendo como esplendoroso marco el estadio Azteca.

Ahí, sentaditos en la tribuna estábamos Eduardo mi hermano y yo.

Alemania enfrentaba a Italia, que venía de eliminar a México en Toluca.

Por ello, el favorito sentimental era el equipo germano, pero la "Squadra Azzurra" tenía otros planes y luego de irse arriba en el marcador, puso el camión en el arco y se defendió como solo ellos saben hacerlo.

Ya íbamos en las escaleras para tomar la salida cuando una barrida providencial del central teutón Karl-Heinz Schnellinger mandó el balón al fondo de las redes, decretando el empate y obligando a ir a los tiempos extra.

Lesionado del hombro, el Káiser jugó con un vendaje que le impedía el total movimiento pero no la exhibición de su clase.

El "Partido del Siglo" lo ganó Italia.

Vino su revancha personal y tras vencer a Holanda en la Final, levantó en su calidad de Capitán, el trofeo que los acreditaba como los mejores del orbe.

Ya como Técnico, inscribió su nombre en letras doradas ganando la Copa del Mundo de Italia 90.

Ahora surcará los aires y seguro estoy que hasta Dios nuestro Señor se emocionará viendo conducir la pelota aEl Káiser.

 

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